Metáforas de humanidad

El ser humano es lo que es gracias a su capacidad mental de articular pensamientos y de dotar de sentido a las experiencias que lo habitan. Fundamentalmente, esta articulación de pensamientos se da gracias a la capacidad del lenguaje de estructurar, en un sistema mental, una lógica que el cerebro puede codificar, memorizar, reutilizar y definir.
En su aspecto mental, el ser humano es una construcción basada en imágenes y experiencias sensoriales, capaces de ser autonomizadas mediante el uso de un código lingüístico. Este código tiene la capacidad de evolucionar, combinar, crear y resignificar en la medida en que sus vivencias lo permiten, lo que amplía su universo de sentido. Básicamente, nuestra capacidad mental está dada por la creación de un universo lingüístico.
Desde este punto de vista, nada de lo que somos capaces de analizar es real en sí mismo, sino una construcción lingüística que representa, con mayor o menor literalidad, esa realidad que nos excede.
¿Esto quiere decir que la realidad no existe? Sí, existe, pero no es lingüística. Por lo tanto, no podemos asegurar que lo que pensamos, percibimos o sentimos sea «la realidad», sino una realidad subjetiva. Sin embargo, al mismo tiempo, sí podemos intuir que hay una realidad que nos excede, porque cuando nuestro universo mental se apaga, existe una realidad que nos antecede y nos precede.
¿Y esta reflexión de qué nos sirve en la vida cotidiana? Para muchos, no será representativa en absoluto, pero para mí es un descubrimiento que me permite comprender por qué el uso de las palabras es tan sagrado, poético, lúdico, armonioso y, sobre todo, significativo.
El arte de la escritura es lo que nos da la posibilidad de crear mundos individuales que, en la interacción conmigo mismo y con los demás, puedo transformar en una realidad compartida.
En la búsqueda de la alquimia, encontré una esencia capaz de ser transformada en lo que deseo: mi propia realidad. Porque soy las palabras que me cuento, los relatos que me habitan y las metáforas que me interpelan.
Una metáfora es una imagen mental que me permite comprender un concepto, intentando integrar todo aquello que la literalidad de las palabras —por su incapacidad de multisentido— no puede abarcar.
Por eso, cuando pienso, siento y creo, no estoy accediendo a la realidad: estoy construyendo una metáfora de esa realidad. Y el poder de construir vuelve a mí, a mi decisión de cómo quiero hacer de esa metáfora multifacética de sentidos, una sola realidad literal.
Si mi poder creador es una metáfora, entonces quiero ser el creador de una que disfrute, mientras esto que llamo vida sea capaz de ser sentida, creída y pensada por mi humanidad.
Desde tu ahora, en mi pasado, gracias por este presente.