¿Los humanos podremos seguir sentándonos en la mesa donde se toman las decisiones?
La IA como red autónoma nos desafía a una nueva experiencia existencial.

Abordar un tema tan complejo sin recurrir a ChatGPT para que lo redacte, tal vez sea el lugar al que debamos resignarnos, luego de que la IA acapare todos los ámbitos productivos de la vida.
Soy de una generación que aprendió a aprender sorteando los desafíos que se interponían entre mis metas y objetivos. Como muchos, pertenecemos a la generación que leía los manuales para comprender cómo hacer funcionar las cosas.
Luego vino la PC, la internet y las redes, pero si bien cambiaban las maneras de realizar las actividades, seguíamos siendo los protagonistas del hacer. Éramos quienes debían encargarse de gestionar los procesos y lidiar con el desafío de arreglar lo que no funcionaba. Y no sé a ustedes, pero eso a mí particularmente me agradaba; me hacía sentir útil, productivo, inteligente, y, por qué no, necesario para que la humanidad avance (sabía que no era indispensable, pero me gustaba creer que algo aportaba).
Pero ahora, ¡¿qué pasó?! Necesito algo y ya hay una IA que lo hace por mí, y cuando veo los resultados y el tiempo que le lleva, me doy cuenta de que es mejor que yo en casi todo. Por ejemplo, si debo realizar una proyecto, en 15 minutos, con algunas correcciones menores y algunos cambios tengo todo terminado y para mejor con sugerencias en aspectos que no había considerado en un principio.
Debo elaborar un informe, ¡ok! Lo que me hubiera llevado un día para redactarlo, conseguir la información y hacer la presentación, la IA me lo proporciona en formato PDF, o crea una web con el informe. También puedo tener la presentación en algún formato de diapositivas, o un video con una locutora; obvio que cualquier cosa de estas las puede hacer en el idioma que sea necesario, aunque yo jamás lo haya hablado.
Lo mismo me ocurre cuando debo pensar en quién me puede ayudar a desarrollar alguna solución, por ejemplo, una producción audiovisual para el lanzamiento de un nuevo producto. Antes me reunía con el realizador y su equipo, y pasábamos horas imaginando opciones y fantaseando con los resultados, para luego estar un par de meses realizando la producción hasta llegar al resultado final. Eso hoy se reduce a generar los prompts adecuados, conocer las suites correctas, y en un par de días, sin haber interactuado con otros seres humanos, puedo tener un producto que funciona muy bien y a un coste ridículo.
Es innegable que esto funciona mucho mejor que lo anterior, por tiempo, costos, calidad, iteración, ausencia de emociones negativas, ausencia de problemas de egos, y lo que ya sabemos que conlleva el trabajo en equipo.
Entonces, hoy lo que debo aprender es a usar las herramientas de IA, volverme un experto, hasta que en algunos años, si tenemos la suerte de contar con ese tiempo, surjan IAs que solo con una instrucción de voz se conecten para darme el resultado de lo que necesito, sin siquiera haber tenido que aprender nada.
Y claro, uno podría decir que hay cosas que la IA no podrá hacer nunca, y la verdad es que no se me ocurre qué no podría hacer mejor que los humanos. Desde un punto de vista productivo y creativo, no le encuentro límites en su potencial. Un ejemplo personal: hace tiempo que busco algún libro donde se analice la religión/creencias desde distintas disciplinas, que además incluya las nuevas formas de creencias que se articulan con la tecnología. Como no lo encontré, decidí hacerlo, y en cuestión de horas generé el libro que estoy leyendo, donde encuentro en gran medida lo que quería aprender y que me ayuda a reflexionar sobre este tema.
En definitiva, yo, que soy escritor, me di cuenta de que la IA es capaz de crear el libro que quiero leer, con información actualizada e inclusive con propuestas reflexivas hacia lugares que no se me hubieran ocurrido. Y la verdad es que el libro es muy interesante; casi creo que con un par de correcciones menores podría publicarse en muy poco tiempo.
Entonces, volviendo a la pregunta original, ¿dónde va a habitar la nueva humanidad en la era de IA? Honestamente, me encuentro desconcertado. Más allá de saber qué cosas quiero hacer y en qué invertir mi tiempo, también creo que muchas de esas cosas van a perder sentido en la medida en que las IA vayan generando cada vez más y mejores soluciones para las que hoy yo podría ser útil.
Y no me opondría jamás al avance, ya que si alguien o algo puede hacer las cosas mejor que yo, mi compromiso es aprender y colaborar para que esa realidad se potencie. Pero tengo la percepción de que ese ni siquiera va a ser un lugar que podamos habitar. En algún momento creo que no le vamos a ser útiles a la IA. Tampoco opino que se convertirán en monstruos que quieran dominar a la humanidad; más bien las “cosas”, al carecer de voluntad y motivación, les daría lo mismo estar encendidas o apagadas, por lo menos por ahora, por lo que por lo menos eso hoy no me preocupa.
Supongo que la humanidad puede quedar relegada a la toma de decisiones, pero no por a decisión de la IA, sino por su potencial y eficiencia. No me imagino un mundo dominado por la tecnología, sino humanos que no van a saber qué hacer con sus vidas.
Supongo que una respuesta para toda esta maraña de conjeturas es que, mientras haya otro con una necesidad que no pueda ser satisfecha por una máquina, el ser humano seguirá siendo de valor… aunque también en ese ámbito probablemente las máquinas puedan ser más eficientes que los humanos.
Será entonces que, mientras yo tenga valor para mí mismo, tendrá sentido seguir preguntándome dónde voy a habitar con mi conciencia. Lo que me pregunto es si, a ese lugar, lo poblaré de seres digitales o elegiré a otros humanos como yo. ¿Vos qué elegirías?
Desde tu ahora, en mi pasado, gracias por este presente.