El propósito de la vida
El propósito de la vida.

¿Quieres alcanzar la iluminación?, preguntó un monje a su discípulo.
Claro, maestro. Es el único propósito en mi vida.
Entonces haz lo siguiente: deja de respirar, le dijo el maestro.
El discípulo obedeció por unos minutos y luego respiró profundamente.
Practica hasta que puedas estar sin respirar. Dijo el monje.
Maestro, si hago eso, moriré.
¿Y cuál sería el problema?
Que no estoy seguro de que la muerte sea la iluminación. Dijo el alumno.
¿Y de qué estás seguro?, preguntó el monje.
Solo de que ahora puedo ser consciente de mis pensamientos.
De eso se trata vivir. A veces nos dicen que debemos apagar la mente para que surja nuestra esencia. Pero, en los humanos, la mente es como el aire: la necesitamos para vivir. Sin embargo, podemos pasar algunos minutos percibiendo otras experiencias donde la mente descansa, pero al final, la mente volverá, y será ella quien te mantenga en esta vida.
Reflexión: la iluminación no es el propósito de la vida de las criaturas humanas, sino comprenderte desde la mente. Úsala como usas el aire, sabiendo que el aire no es la realidad, pero lo necesitas para vivir.
Desde tu ahora, en mi pasado, gracias por este presente.