Conciente de
conciencia y consciente de consciencia.

Caminar por la vida y tener la autopercepción de que estoy dejando huellas mientras doy pasos hacia lo que viviré es tener en claro que soy un ser con presencia mental de su propia historia. Hay una conciencia, una autopercepción de mi individualidad y una autonomía en ciertas decisiones. Cuando hago esto, soy “conciente”.
Sin embargo, ¿puedo ser consciente? Si la consciencia es un estado de plenitud absoluta de conocimiento sobre una realidad determinada, donde podamos elegir entre todas las opciones disponibles e incluso crear aquellas que no lo están, pues entonces no, no podemos serlo.
Cuando hablamos de consciencia, en términos de toma de decisiones, podríamos asociarla al libre albedrío, solo si somos capaces de tomar cualquier decisión, seríamos realmente libres. En una dimensión tangible, como la que experimentamos día a día, podríamos tomar muchas decisiones, pero en muchas otras nos encontraríamos con las limitaciones propias de la realidad. En ese caso, cuando somos capaces de comprender las leyes que determinan esa dimensión y optamos por las decisiones dentro de este campo limitado de posibilidades, somos concientes. Tenemos conciencia de lo que podemos hacer y elegimos dentro de ese campo de posibilidades.
La consciencia es un nivel absoluto de libertar y comprensión, asimilado a la imagen del dios todopoderoso capaz de crear la realidad a su antojo.
Ahora, porque en el diccionario no aparece la palabra conciente si deriva de conciencia, pero sí existe consciente que deriva de consciencia. Si bien la etimología de la palabra, que deriva del latín “consciens”, “conscientis”, que significa “tener conocimiento de algo”, es la que dio origen a la palabra consciencia. Luego en el uso habitual y por fonética se aceptó el uso de conciencia. Sin embargo, esta aparición derivó en la posibilidad de aprovechar esta pequeña distinción para dar sentido a dos conceptos distintos que, si bien encuentran múltiples puntos de encuentro, la diferenciaes radical.
Es por eso que, para ser preciso con el empleo de lo que intento decir cuando utilizo uno u otro término, empleo conciente como el estado de autopercepción limitado a una realidad determinada y que se deriva de la palabra conciencia. En tanto, consciente y consciencia tienen un uso más apropiado para aproximarnos a la idea de un estado de conocimiento y libertad plena en una realidad que se puede modificar ante el propio deseo.
Desde tu ahora, en mi pasado, gracias por este presente.