La hiperracionalización encubierta: los caminos indirectos que trazan los algoritmos.

Sí, el tema de fondo es el libre albedrío en la era del dominio del algoritmo. Poder tomar decisiones en el marco de un universo limitado de posibilidades siempre ha sido el impedimento para considerar el libre albedrío como una cualidad humana. La mente, el cuerpo y las reglas de dimensión tangible son un muro infranqueable para el irrefrenable impulso de los deseos.
Sin embargo, a pesar de todas las limitaciones que nos imponía el entorno, la mente estaba obligada a hacer un esfuerzo sobrehumano para comprender y transformar la realidad en función de sus necesidades y deseos. En ese derrotero de caminos sin mapas, se enfrentaba con las limitaciones de las creencias de una cultura determinada. Pero, al ser un suelo fangoso, las raíces del pensamiento podían moverse y reconfigurarse con miradas alternativas que crearon nuevas realidades.
Mi visión de la humanidad en las etapas anteriores a la era del algoritmo es la de distintas tribus recorriendo la tierra sin mapas, solamente orientadas por señales externas y motivadas por el deseo de alcanzar una nueva forma de vida. En tanto, el nuevo condicionante para la elección de los destinos es un mapa que se traza por las probabilidades de éxito calculadas por un software.
Las tribus ahora no se aventuran a recorrer un terreno sin antes consultar el algoritmo que define, en función de la regularidad de las elecciones de las mayorías, los caminos a seguir para lograr los objetivos.
En mi última experiencia para intentar dar a conocer mi trabajo, tanto el libro como lo que pienso, me enfrento con la necesidad de promocionarme, pero no de la manera que a mí me gustaría, sino de la manera que se debe hacer para lograr que las personas puedan tener acceso a mi contenido.
Acto seguido, como soy de la generación analógica, formulo un plan de aprendizaje para ver cómo llegar a mis audiencias, ¡obviamente lo hago en papel! Necesito ver el resultado de lo que pensé garabateado en una hoja, que luego no volveré a leer, pero necesito la experiencia de manifestar un pensamiento en algo tangible, físico y material.
A medida que avanzo en mi plan, me doy cuenta de que los caminos que debo usar son los mismos para todos: usar las reglas de cada red social y buscador para que mi contenido se “viralice” o, como solíamos decir, se “popularice” (nota al pie: lindo tema para un post sobre la diferencia de estos conceptos).
Sin embargo, me planteo la siguiente interrogante: si todos emprendemos el mismo camino, ¿cuándo nos vamos a perder? ¿Cuándo el error va a ser la llave para abrir nuevas puertas? Y lo que es peor aún, si todos seguimos el mismo camino, ¿el algoritmo entenderá que todos queremos lo mismo y perderemos la magia de lo distinto?
Sé que siempre que surge algo nuevo con tendencias a la homologación, surge esta hipótesis “del fin de la historia”, donde nos da temor a que lo nuevo anule algo mágico del pasado, en este caso lo aleatorio del pensamiento y las acciones que nos permiten recorrer caminos inesperados. Y es probable que no pase, o eso espero; sin embargo, puede ser una luz en el tablero que se enciende para mostrarnos que algo está cambiando y que debemos poner atención.
Hoy me inclino a pensar que la cultura de la algoritmización de los procesos nos conduce a la homologación del pensamiento y, en consecuencia, a la disminución del error en la toma de decisiones. Esto último, para mí, sería un cambio cualitativo en la forma que la humanidad gestiona su futuro, ya que el erro es el motor del aprendizaje. Quitemos el error de nuestras vidas y dejaremos de explorar lo desconocido.
Para terminar, solo espero que el SEO entienda que esto que escribo es relevante para la mayoría, y que los hashtags que utilice sean los apropiados para que este mensaje llegue. ; )
Desde tu ahora, en mi pasado, gracias por este presente.