Las falsedades de la espiritualidad

¿Cómo elegir una creencia cuando la incertidumbre de la existencia es un abismo de sufrimientos o felicidades?
Elegir en qué creer no nos hace definir un destino para la muerte, sino una realidad para la vida.
En la alquimia de las emociones, todo lo que creamos es lo que somos capaces de disfrutar o padecer.
Existe algún juez capaz de dictaminar si mis creencias son las adecuadas para mí.
¿Soy yo ese juez?
Pero quien soy yo. Ni siquiera puedo saberlo.
En el borde del abismo, se desdibujan las certezas del pasado y el futuro.
Miro el vació, experimento la inexistencia… me miro por primera vez en el espejo de la verdad.
Tomo coraje, me dibujo alas, salto, vuelo, disfruto, siento la incertidumbre en mi estómago, el viento se acelera, la oscuridad se hace más negra.
Muero, pero antes de hacerlo, viví… o eso creo.
Desde tu ahora, en mi pasado, gracias por este presente.
Lo irónico es que el título «Las falsedades de la espiritualidad» prometía una crítica, pero termina siendo exactamente lo que critica: espiritualidad superficial disfrazada de profundidad.
¡Gracias por el comentario! ¿Pero cuál es la superficialidad que encontrás en este texto? Puede haberla, sólo que no la veo.