La ilusión del tiempo en la conciencia del
presente.

El ser humano es un ente extraño, tenemos la capacidad de imaginar realidades que nunca vivimos y analizarlas desde distintos puntos de vista y con infinidad de argumentos para explicar sus causas y consecuencias. Pero si debemos hablar de certezas en el tiempo, podemos concluir que tanto el pasado como el futuro son inciertos, y que el único momento donde tenemos una autopercepción de existencia es un presente que se desvanece en el momento exacto en el que surge.
La ilusión del tiempo es pensar que existe algo que tiene posiblidad de existir tanto hacia atrás como hacia adelante. En el pasado las experiencias vividas y en el futuro las experiencias por vivir. El existir se basa en el argumento de que el tiempo, como un libro que tiene como esencia ser escrito y leído, habilite la posibilidad de registrar las experiencias.
Por un momento imaginemos que tenemos la capacidad de percibir el tiempo en el momento eterno, sin distinción de pasado y futuro, como si frente a nosotros en una pantalla infinita se nos haría evidente todo lo existente. En ese momento emerge el presente, es la ilusión que tenemos que estar frente al tiempo, como algo externo a él.
La imagen más cercana a un dios todopoderoso, es la de quien puede verlo todo en el momento presente e interferir en las acciones solo con su voluntad. Algo así como si pudiera ver la existencia del todo en una esfera 360 y que, con solo decidirlo, pueda modificar los objetos en esa realidad.
Esta metáfora, ¿no les resuena como una experiencia familiar? Cuando vamos a tomar una decisión y nos ponemos a analizar la realidad en la que estamos, no sentimos que vemos el pasado y el futuro desde el presente y que podemos cambiar la forma de esa realidad en función de la manera en la que analizamos las distintas variables ¿Cuántas veces una situación traumática cambia, cuando la se la entiende desde otro punto de vista?
En la conciencia del presente nos encontramos con la eternidad, en el momento en que perdemos el registro del tiempo; él no trascurre. Solamente vuelve a tornarse tangible cuando lo ponemos en relación con nuestro cuerpo físico.
Esta cualidad de la mente de poder transitar un doble registro del tiempo, en las dimensiones tangibles e intangibles, es una disociación que tenemos de nuestra realidad existencial. Somos capaces de vivir en el pasado y en el futuro, siempre y cuando creamos que somos concientes* del presente.
Desde mi punto de vista, la mente nos permite esa ilusión de tiempo en la conciencia del presente, pero nos limita a comprender la existencia desde la consciencia. Ser conscientes es comprender el todo, ser concientes es tener autopercepción de nuestra existencia solo en este momento.
Desde tu ahora, en mi pasado, gracias por este presente.