La magia de la creación es una palabra en el momento exacto.

Cuando me veo en la obligación de contar quién soy, se me vienen a la mente, al alma y al espíritu tantas formas de ser en mis distintas dimensiones que a veces siento que cualquier cosa que diga sobre mí sería una falsedad. Pero en esta dimensión tangible donde lo posible toma forma en el aquí y el ahora, jugaré a definirme con algunas palabras bonitas que creo pueden hacer sentido en aquellas personas que quieran hacerse una imagen de quién soy.

Lo que lees ahora ya es mi pasado, espero que en tu presente estas palabras aún se correspondan con algo de lo que fui. Pero si así no fuera, no importaría, porque lo que define esta relación es lo que tú creas. Ese es el poder en la consciencia, no importa cuanto podemos conocer de algo, solo seremos lo que seamos capaces de reconocer como verdad.

Experiencias del pasado y del futuro

Nací en la ciudad de La Plata antes de los años 80 y unos años más tarde me convertí en salteño y por breves espacios de tiempo también fui boliviano y tico (Costa ricense), donde disfruté de la tierra de la pura vida y los mares encantados.

Mi pasión por la escritura surgió cuando, siendo niño, una «Planta Naranja Lima» me transportó en el tiempo y me presentó a personajes que muchos podrían considerar inexistentes, pero para mí siguen siendo tan reales como las lágrimas y sonrisas que me hicieron vivir con sus historias.

Sin embargo, en la vida tangible, donde el amor se manifiesta en un abrazo, yo escribo mis propias historias. Nací como hijo y me convertí en padre, uno de los viajes más maravillosos y transformadores que creo que puede experimentar un ser humano. Es la manifestación de la existencia que nos brinda las certezas de que hay cosas que la mente no puede explicar.

En ese camino paralelo entre lo intangible y lo tangible, experimenté la magia de la creación en el mundo físico. Trabajé como comunicador en radio, televisión, redes y aulas universitarias. Además, materialicé muchos sueños que con el tiempo se convirtieron en negocios, algunos de los cuales trascendieron fronteras y me permitieron colaborar con personas que vivían vidas completamente distintas, cambiando así una vez más los paradigmas con los que iniciaba mis viajes.

Me apasiona el fútbol, la música, el baile y la pintura, aunque definitivamente en ninguno soy un buen ejecutante, disfruto mucho de compartir esas actividades con la gente luminosa que me rodea. Me criaron enseñándome que el amor no se mide por cómo se recibe, sino por la capacidad que tiene quien lo brinda. De esta forma, mi vida se convirtió en una fuente inagotable de amor, porque hasta de una planta que nos da sombra, podemos reconocer la conexión profunda que tenemos con todo lo que nos rodea.

Ahora, casi con cincuenta años, siento que la vida se despliega como una orquídea al comenzar la primavera, mostrándonos que todo sigue un ciclo y que en los finales siempre hay nuevos comienzos. Por eso decidí plasmar por escrito todo lo que he experimentado, lo cual no puedo explicar con la mente, pero es tan real como el amor de un padre o una madre hacia un hijo.

En mis expereincias de vida llevo acumulados algunos años como emprendedor, docente universitario, conductor de programas de tv, radio y en plataformas digitales y algunas cosas que sin restarles importancia, creo que aburren.

Definirse por experiencias pasadas es difícil y limitante; hacerlo por las del futuro es abrumador, pero vale la pena soñar con lo que queremos ser. En mis sueños más amplios, espero encontrar caminos que nos permitan ser genuinos como humanidad. No porque las manifestaciones actuales y pasadas no lo sean, sino porque creo que nos cuesta reconocer todo lo que somos como humanidad. La mente, con su gran capacidad para anticipar eventos futuros y explicar los pasados, aún no ha podido crear una única verdad. Y tal vez no lo haga, porque existen otras realidades, tan maravillosamente humanas, que se crean con el alma y el espíritu y que aún no hemos integrado en nuestra forma de vida.

Me gustaría en mi futuro dibujar mapas que nos ayuden a comprender la diferencia entre la vida y la exitencia y crear los puentes que las conectan para ser conscientes de todo lo que como personas y humanidad podríamos ser.

Y lo más apasionante de este viajes es que no estoy solo, hay mucha humanidad hermosa, amorosa y maravillosa que me hace sentir y creer que todo es posible, auqnue más no sea en la dimensión donde una palabra toma la forma de una realidad.

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